Hace apenas unos días tuve la oportunidad de tener a un entrevistado de lujo y pude acceder al lado mas humano de Martín Churba, uno de los diseñadores textiles y de indumentaria, mas importantes del país, responsable de la marca Tramando. Los temas: Sus inicios, dificultades para emprender, integración de la creatividad con el negocio, equipo humano y muchas mas preguntas a continuación.
Cuando habla, Martín deja entrever algunos de los elementos que componen su pasado y allí entenderemos que en su formación poco tradicional para los negocios cohabitan largos años de teatro, cercanía con el diseño producto del ADN familiar, el estudio de bellas artes y diseño gráfico publicitario. No cuenta con estudios referentes al diseño de modas, ni diseño textil, ni tampoco una formación empresarial.
Cuando habla, Martín deja entrever algunos de los elementos que componen su pasado y allí entenderemos que en su formación poco tradicional para los negocios cohabitan largos años de teatro, cercanía con el diseño producto del ADN familiar, el estudio de bellas artes y diseño gráfico publicitario. No cuenta con estudios referentes al diseño de modas, ni diseño textil, ni tampoco una formación empresarial.
Tramando, su compañía actual, lleva 7 años de vida. La misma nació cuando se separo de su sociedad anterior Trosman-Churba, donde revolucionaron al mercado nacional e internacional, en un proceso que comprendía desde las texturas de las telas hasta los diseños.
Áreas de Negocio
El negocio de su firma, Tramando, se vale principalmente de:
§ Líneas de moda apuntando a un segmento de mujeres entre 30 y 50 años.
§ Una línea de objetos textiles para el hogar.
§ Consultoría en diseño.
§ Área social, es un área generadora de negocios. Es un espacio donde generamos proyectos sociales. Alianzas con talleres cooperativos.
Los Inicios de su Carrera
Martín enfrento numerosas limitaciones y barreras, dentro y fuera de su familia, como por ejemplo la de los, en ese entonces, potenciales clientes. Visitando a muchos con una carpeta de diseños textiles buscaba vender sus diseños, pero aún así estos no lograban comprender su negocio, muchas veces la respuesta fue el desinterés, ya que la modalidad de las marcas era no buscar diseños originales, sino que se compraban muestras de las prendas en el exterior y se las copiaba en el país, como todavía hoy ocurre en muchos casos.
Frente a tantas adversidades, este joven, tuvo que tomar ciertas determinaciones. Vender sus colecciones en el país resultaba difícil, por lo que comenzó a viajar. Como resultado adquirió la habilidad de vender colecciones enteras a grandes italianos de la moda como Moschino, Cavalli y Gigli, o en Brasil, a la firma Flux. Mientras que, paradójicamente, en Argentina nada ocurría. 
Cuando la prenda se hizo tangible, las cosas empezaron a cambiar, la prenda dejaba de ser “linda” para convertirse en una expresión de deseo ferviente del cliente: “la quiero”. Según las propias palabras de Martín, esta frase fue la palanca que lo impulso a ponerse en acción, además del valor agregado del uso de materiales que no existían hasta ese momento.
Primera sociedad: Trosman-Churba
Cuando conoció a Jessica Trosman fue a través de una amiga “…Le mostré mis telas, ya que ella hacía prendas y se nos apareció claramente que teníamos que hacer ropa con estas telas porque se daba un mix poderoso. En menos de una semana nos pusimos a trabajar y fue instantánea la respuesta. El cliente tuvo mucha química con el producto y ahí se destapo la olla. Hubo un montón de interés y de feedback de la gente…”. A partir de este punto, Martín, comienza a viajar para vender indumentaria con su propia marca “…Acá empiezo a vender algo concreto. Les empiezo a competir a firmas que en ese momento eran lideres como Vitamina o Chocolate, aunque nunca estuve en ese segmento “de shopping”, pero claramente nos volvimos moda y le volábamos la peluca al mercado…”.
En los recuerdos de aquella experiencia resume la alegría de trabajar en el proyecto “…Me acuerdo de ese encuentro con el juego en el medio del trabajo, la experiencia del trampolín, cuando saltas y te proyectas de una manera que nunca soñaste. La experiencia internacional, que yo la tenía con anterioridad por vender mis diseños, pero ahora el cambio es que empezaba a vender productos con mi propio nombre…”.
Financiación
Con su primer proyecto Trosman-Churba comenzaron con $1000 (en la época de la convertibilidad donde 1 peso era igual a 1 dólar). Aclara entusiasmado “…Pusimos muy poca plata cada uno, y nos lanzamos a hacer una primera colección de piezas con ese dinero, y la vendimos en seguida…”.
Proveedores
Es sabido, como hemos mencionado en otros artículos, cuan complicada suele ser esta industria en términos de informalidad de los proveedores. Y para enfrentar a esta problemática Martín Churba recalca que trabaja bajo una filosofía de integración con quien lo suministra, y cuando lo explica elige con cuidado sus palabras “…Tanto en Trosman-Churba como en Tramando se trato siempre de asociarse a proveedores de manera muy intima porque además esta el tema de la fidelidad, el tema de que no te hagan cosas a vos y perjudiquen a otro o viceversa. Teníamos una fábrica con Trosman-Churba y tengo una con Tramando. Fue y es un gran aprendizaje…”.
Conciencia Social
Normalmente este famoso diseñador esta vinculado a proyectos con conciencia social ya que comprende la potenciación de un vinculo sinérgico y expone “…Vínculo una necesidad con una oportunidad y armo algún tipo de alianza o proyecto que pueda ser rico para contar una historia nueva. En el fondo siento que lo que hago es un laburo de conexión y de creatividad aplicada a proyectos. Y de esa forma logro, tal vez, relacionar gente que no estaba relacionada o que no se relaciona generalmente…”.
Artista versus Empresario
Sistema de Producción: de la idea a la percha
Cada proyecto de Tramando parte de un concepto línea trabajado por Martín y su equipo de diseño. De allí surgen ciertas piezas que sirven de rectoras, que tal vez hayan pertenecido a otras temporadas, y justifica “…Porque nos gusta que sigan cruzando todavía el eje del trabajo o pueden ser imágenes o cosas que nos llaman la atención. En general ese “señuelo” lo pongo yo y los chicos siguen en esa búsqueda…”. En otra de las etapas hay una fase de dibujos y una fase de experimentación textil, trabajando de formas paralelas, que en un determinado momento se cruzan, y empiezan a salir como los primeros “monstruos”, y Martín explica el término “…Llamo monstruos a esas ideas que van tomando forma. Y hay todo un trabajo de desarrollo, a partir de una idea, que es bastante costoso y laborioso, porque tiene que estar toda la parte de control de calidad, toda la parte de calce y fitting de las prendas, de selección de color y estampa, de prueba de resistencia al lavado…”. Profundizando los problemas que suelen tener al diseñar tanto textil como ropa explica “…Cuando creas materiales es mucho mas trabajo, porque hay muchas cosas que no podes dar por sentado. Tenes que probarlas. Y termina saliendo un producto que cuando llega al local para mi es como una especie de milagro, en general tardan entre seis meses y un año…”. Ver parte II
Pablo Fabris.
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