Ciclo de Conversaciones: Martín Churba - Tramando

Posted by Pablo Fabris - 7 Junio - 2010

Entrevista con el celebrado diseñador textil y emprendedor de la firma Tramando. Cómo fue su formación, sus inicios, el negocio, los problemas, los procesos de producción, como integrar negocio y creatividad, y muchas preguntas mas... (Parte 1 de 2)

Ciclo de Conversaciones: Valeria Pesqueira

Posted by Pablo Fabris - 31 Mayo - 2010

Grata, modesta, perseverante y honestamente crítica podrían ser algunos de los adjetivos que usaría para describir a Valeria, una joven emprendedora que se inicio con su propia marca de indumentaria por necesidad, y que hoy exporta a destinos tan distantes y cosmopolitas como Nueva York, Corea y Japón.

Ciclo de Conversaciones: Hoy Ariel Olivetti

Posted by Pablo Fabris - 17 de Mayo de 2010 -

Batman, Superman, X-Men, Hulk, Spiderman y el Cazador tienen algo en común, Ariel Olivetti, su ilustrador es un reconocido artista argentino quien dibuja para el mercado mundial desde hace mas de quince años. Su método de trabajo, sus experiencias, como llegar a potencias de la industria del cómic y tantas otras preguntas nos responde a continuación.

De Fanático de Cine a Responsable del Sitio Cinéfilo mas Visitado de Argentina

Posted by Pablo Fabris - Abril de 2010

Su pasión por el cine lo llevo a comenzar con su propio sitio, en donde se dedicaba a hacer reseñas de las películas y la industria, hoy es un referente a la hora de hablar de estrenos y del negocio, siendo propietario del sitio de cine mas visitado de la Argentina.

La actividad de hoy será diferente a los artículos que normalmente están acostumbrados a leer. Deseo obsequiarles un presente que me mantuvo con ciertas dudas acerca de si corresponde postear este tipo de relatos porque es un contenido de un orden mas personal.
Pero quiero asumir el riesgo y, en todo caso, apelar a la reflexión de los lectores habituales, a través de un cuento que escribí hace algunas noches, algo desvelado.


Cuento de una Noche de Verano Estrellada.
Por Pablo Fabris

Todo comenzó una noche de verano, estrellada. Los astros servían de musa para el escritor que aun no tenía certezas sobre qué palabras utilizar para describir sus sentimientos. En estos momentos de cálida soledad el sentía que podía vivir una nueva vida, a través de sus personajes, por lo que su búsqueda por crear una realidad única se volvía cada vez mas angustiosa. Nunca se imagino volver a sus raíces de esta manera, pero dentro suyo latía con ímpetu una necesidad exquisita de expresar, de realizar toda aquella asignatura pendiente. A veces la necesidad de liberar su creatividad, gritaba con fuerzas y buscaba todo tipo de recursos borrando cualquier censura social que el tiempo fuera sopesando en su espíritu. Esa noche, sus dedos, delicadamente, dictaron y plasmaron el perfume de sus pensamientos, hasta que su conciencia despertó del letargo de los años.
El periódico ubicado a su derecha contaba la historia del triunfo, del éxito vivido por un héroe, un joven que había llegado a la cumbre de su propósito convirtiéndose en la esencia de su búsqueda.
Este joven hombre había trabajado durante décadas en tareas que poco le interesaban, posponía sus emociones, y al placer por hacer las cosas a su manera, en beneficio de los preceptos sociales mas conservadores, menospreciando sus propias aspiraciones.
Nunca pudo acercarse al sagrado placer de degustar el secreto que muchos de sus héroes conocían. En cada pequeña búsqueda, el temor al fracaso hacía su estelar aparición, destruyendo lo que recién se empezaba a construir.
La historia era realmente atractiva para el escritor, porque describía a un ser humano, de carne y hueso que lejos de cualquier retrato solemne respiraba y se hacía tangible a medida que se amalgamaba y amplificaba con su imaginación.
Los padres habían procurado un brillante futuro para su hijo, desde la cuna se depositaban innumerables expectativas acerca de qué destino tendría ese joven prometedor, lleno de capacidades y fruto del amor.
El tiempo demostró una gran capacidad de expresión del pequeño, que sorprendía a todos los miembros del ceno familiar por su novedad. Nadie imaginaba que aquél era capaz de realizar viajes al espacio exterior, mediante tecnología auto diseñada, o tal vez planificar la expedición de una cueva milenaria nunca expedicionada colmada de peligros. La capacidad de imaginación de este niño fue el aire que respiraba y el combustible que expandía su mente a límites poco imaginados por la raza humana.
Cuando los años pasaron y el niño fue adulto, estos recuerdos flotaban con nostalgia aún en sus días, porque nunca mas sintió una energía tan pura, tan inspiradora, tan sanguínea como la de aquellos momentos. Una noche de verano estrellada, entre sueños, muy similar a la que vivió el autor de estas palabras, el joven comprendió que no respiraba y gradualmente se estaba convirtiendo en una cáscara, seca de todo vestigio de vida por dentro. Sus ojos vieron a un hombre vacío que lamentaba no haberse escuchado y se apenaba por no haberse ni siquiera equivocado. Tenía que hacer algo.
Lenta y progresivamente, sus reflejos abandonados fueron haciéndose presentes, cuan músculo dormido inicia un doloroso proceso de fortalecimiento después de una larga siesta. Debió adentrarse en terrenos muy pantanosos donde tenía que aminorar el ritmo de la marcha sin dejar de pensar en la meta.
Sufrió calor, mucho calor cuando recorrió el desierto y vio como sus expectativas fracasaban estrepitosamente, pero supo que mas allá de ese camino encontraría un oasis que le permita continuar, y seguir, porque abandonar era dejar de respirar y dejar de respirar era mas doloroso que la peor de las torturas.
En su viaje conoció personas de distintas culturas y países remotos que le enseñaron experiencias que hasta entonces desconocía, aprendió de la sabiduría de los ancianos de los pueblos que visito, vio los rostros de la maldad y falsedad, pero nada de esto le quito las ganas de continuar su viaje.
Tuvo que escalar alturas que nunca antes había imaginado posibles, sufrió caídas que lo lesionaron y le enseñaron a dominar sus impulsos, pues verán, para el joven el dolor físico no era nada frente al dolor espiritual, y esta fue la frase que cosechó y revitalizo su constancia día a día durante toda su cruzada.
Cuando alcanzo al pico máximo del monte al que había aspirado pudo observar por horas el insuperable paisaje que con sus colores y finas texturas ilustraba y reflejaba todo lo que había querido lograr.
El regocijo que experimentaban tanto su mente, ante la indefinible belleza, como su pecho, en cada inspiración y exhalación, quedaron marcados a fuego en su espíritu.
Los ecos de esta experiencia aun se mantienen latentes como sangre que corre por sus venas y hoy le dan fuerzas mientras escala su próxima montaña.
Cuando el escritor concluyo el punto final de su ultima oración asimilo las palabras que el protagonista había susurrado y comprendió al fin.

Fin


Espero lo hayan disfrutado.

Saludos,
Pablo Fabris.

0 Response to "Cuento de una Noche de Verano Estrellada"

Publicar un comentario

    Agenda

    Blog Archive

    About Me